lunes, 25 de noviembre de 2013

No vine aquí para hacer amigos 
pero sabes que siempre puedes contar conmigo. 
Dicen de mí que soy un tanto animal, 
pero en el fondo soy un sentimental. 

Mi familia no son gente normal 
de otra época y corte moral. 
Resuelven sus problemas de forma natural. 
Para qué discutir, si puedes pelear. 

Dame una sonrisa de complicidad 
y toda tu vida se detendrá. 
Nada será lo mismo, nada será igual, 
ya sabes... 
Feo, fuerte y formal. 

En el calor de la noche, 
a plena luz del día, 
siempre dispuesto para alegrarte el día. 
Soy hombre de bien 
a carta cabal 
y como el DUQUE: 
feo, fuerte y formal. 

Mi fama me precederá 
hasta el infinito y más allá. 
Y vive Dios que escrito está: 
“Si doy mi palabra, 
no se romperá”.


Letra de 'Feo, Fuerte y Formal' de Loquillo y Trogloditas ( álbum 'Por mí y por todos mis compañeros ' )



Hoy, repaso.


Si algo de mí saben los que me conocen es que me encanta jugar. Si en algo coinciden los que me conocen bien y los que apenas me saludan es que me tomo las cosas muy en serio. Parece una contradicción pero no lo es en absoluto. Puedo entregarme al juego de manera que parezca que mi vida depende de ello; pero al mismo tiempo ser tan estricto con las situaciones que se me planteen en la vida como para no jugar con ellas. Una especie de 'juntos pero no revueltos' aplicado al día a día que me trae no pocos quebraderos de cabeza. 
     Por eso nunca falto a mi palabra una vez que la he empeñado ni dejo de acudir a una cita por más incómoda que me resulte. No haber abierto la boca o no haber bebido tanto. O las dos cosas a la vez, que la una suele llevar a la otra en muchas ocasiones y no siempre en el mismo orden. 'Si no querías perder no haber apostado; y si apostaste y perdiste, págalo' . Es uno de mis lemas. Y a mucha honra.  
   Podríamos decir que se me cumplen las tres F de aquel mítico vaquero del celuloide:   Feo,   Fuerte   y    Formal.
   Lo de Feo va a gustos; por eso no vamos a pelear. Es lo que hay y poco se puede hacer por cambiarlo. Siempre habrá quien proteste, así que lo dejamos como está. 
  Por lo de Fuerte va por barrios y por días, depende de con qué o con quien comparemos - siempre se acaba haciendo aunque no esté bien - pero lo suficiente como para levantarme y seguir adelante las veces que haga falta. 
Y en lo tocante a lo Formal creo que no hay duda, si bien siempre saldrá el que me eche encara tal o cual renuncio pero eso es porque - y ahí se incluyen tanto 'damos' como 'caballeras' - sus señorías no leyeron la totalidad del contrato i/o/u la letra pequeña. Para eso hace falta tener buena vista y mejor memoria. Lo primero se corrige con unas gafas y lo segundo o se tiene o no se tiene. Si no se tiene pues 'oletusgüeboscamperos!' , pero si se tiene pues no te la vas a cortar como tampoco se corta uno otras cosas por tenerlas demasiado grandes ( ahí entramos otra vez en el terreno de Feo que tratamos antes ). Tiene uno, en definitiva, que jugar con las cartas que le tocaron en suerte. Como corresponde a un buen jugador. Lo que soy.
   Pero todo eso no quita que joda - y joda mucho - cuando, después de haberse helado uno el culo sentado en una piedra no uno ni dos sino hasta tres días ( por si el año era bisiesto ) esperando, tenga que escuchar en bocas inconexas que faltó a la cita. Que después de jugarse el tipo para cuadrar cuentos sin desmontar historias, de dar  crédito y sacar la cara por quien no cree ni en su propia foto de carné tenga que pasar por egoista, inmaduro o vaya usted a saber qué otras minusvalías del carácter. 
       Acepto que nadie es perfecto como parte de las reglas del juego. Pero no puedo tolerar bajo ningún concepto la falta de rigor,de consideración y de imparcialidad por parte de quienes supuestamente estaban de nuestro lado. Nada es del todo blanco o del todo negro; pero  YO GRIS NO SOY. Que quede claro.


   Apreciado lector; en su día anuncié mis principios en esta serie de escritos que componen el blog. Advertí que se irían ampliando a fin de conocernos mejor. Al fin y al cabo en eso consiste la confianza, en conocer bien a quien tienes delante. Yo no puedo saber quién eres, pero como tampoco me dices nada ( la sección de comentarios está llena de telarañas ) pues no me afecta . En cambio tú que lees esto si que quizá quieras saber algo más de quien hay detrás de estas líneas. También es posible que todo esto te resulte innecesario; pues nada, una entrada para olvidar y punto. Yo por mi parte ya he cumplido. De todos modos , aun en el caso que el escrito de hoy no te haya gustado, debes saber que hay y habrá más y puede que alguno te agrade. Puedes volver a comprobarlo siempre que quieras.
   Yo estaré por aquí, como siempre. Esperándote.
       
   

domingo, 24 de noviembre de 2013

Yo quiero ser una chica Almodóvar 
como la Maura como Victoria Abril, 
un poco lista, un poquitín boba, 
ir con Madonna en una limousine, 
yo quiero ser una chica Almodóvar 
como Bibi, como Miguel Bosé, 
pasar de todo y no pasar de moda, 
bailar contigo el ultimo cuplé. 
y no parar de viajar del invierno al verano, 
de Madrid a New York, del abrazo al olvido, 
dejarte entre tinieblas escuchando un ruido 
de tacones lejanos. 
encontrar la salida de este gris laberinto 
sin pasión ni pecado ni locura ni incesto, 
tener en cada puerto un amante distinto, 
no gritar ¿qué he hecho yo para merecer esto? 

   De 'yo quiero ser una chica Almodóvar' de Joaquín Sabina  ( álbum 'Física y Química' )




Yo quiero ser chica Mary Kay

         -Mamá, ¿soy guapa?
         - Claro Carmencita...
         -¿De verdad mamá? ¿Tú crees que soy atractiva?
         - Mira, hija, soy tu madre...
         - ¿Pero crees que gusto a los demás? ¿ A los... hombres? Dime la verdad.
         - Pues, ya que lo preguntas así, para qué te voy a engañar... No, guapa no eres.    
           Tienes, quizá, otras cualidades. Supongo...
         - Entonces... ¿ tu crees que.. ?
         - Yo creo que qué!... A ver ¿qué quieres saber?
         - ¿Crees que me comprarán mis productos de belleza?
      - ¡No, no te los comprarán! ¡Cómo te los van a comprar! Te mirarán y pensarán que no son efectivos. Que no sirven. No, definitivamente nadie te comprará esos potingues por muy buenos que sean. Que no lo son en realidad.  Quizá a otra... pero a tí no te los comprarán.
         - ¿Por qué eres tan cruel conmigo?  
     - ¡Tú has preguntado! He intentado ser amable, pero has insistido, pregunta y pregunta... ¡y venga preguntar! Luego, no te gusta lo que te digo  ¿Qué es lo que quieres? ¿ Que te mienta? ¿ Qué esperabas? ¡Son las tres de la mañana y me despiertas para esas chorradas! Se nota que estás sola, sin nadie que caliente la cama.
         - ¡¡¡¡¡Ahhhhhhhgggggg !!!!! ¿Lo ves...? ¡¡Ya me has hecho llorar otra vez!!
     - Y te digo más... con ese carácter nunca vas a encontrar pareja ¡ Eres muy desagradable! ¡Si ni siquiera tu gato te aguanta! Sólo se acerca a tí para que le des comida y le cambies la arena del cajón ¡Fíjate bien! Sólo entonces hace como que le importas... pero luego se va a lo suyo. ¡Como todos! No basta sonreir y poner la vocecita dulce cuando quieres algo de los demás y luego tratarlos a todos a patadas, con exigencias y usando sólo el imperativo ¡Como si estuvieran todos a tu servicio!
         - ¡¡¡¡¡¡Ya basta mamá!!!!!!! ¡Soy bióloga, enóloga, mayor e independiente! ¡Tengo proyectos; doy conferencias! No puedes tratarme así.
         - ¡Calla desgraciada! ¡Cómo puedes hablar así a tu madre? A veces me pregunto si el caballo que había en el pajar donde te engendramos no pondría alguno de sus genes a la hora de concebirte ¡Tienes más de caballo que de persona! ¡¡Piensa en ello la próxima vez que te mires al espejo!!
         - ¡¡¡¡¡¡¡Te odio mamá!!!!!!!
         - ¡Normal en tí! ¡Resentida! ¡ Amargada!  ¡No llames más!



  Querido lector; a nuestra amiga no parecen irle bien las cosas... o quizá sí, pero no lo demuestra demasiado. No basta sonreir, hay que ser sincero al hacerlo. Más que nada porque la gente, que no es tonta, lo nota. Cuando eres desagradable nunca sabes a quien le puedes estar tocando las narices. Quizá esa persona que tú creías insignificante e inferior a tí  tenga luego poderosas armas con las que convertir tu vida en una mierda más grande de lo que ya es. Lo del gato es otra cosa. Ellos no acostumbran a hablar con la gente ni a tener un blog personal. Tampoco a comprar cosméticos.

    Si eres amable estaré encantado de tratar contigo. Hazme saber de tí, llámame, ven a verme... Si no, hazte un favor: no te molestes.
 Estaré aquí. Esperándote.
"Pido perdón a los niños por haber dedicado este libro a una persona mayor. Tengo una seria excusa: esta persona mayor es el mejor amigo que tengo en el mundo. Pero tengo otra excusa: esta persona mayor es capaz de comprenderlo todo, incluso los libros para niños. Tengo una tercera excusa todavía: esta persona mayor vive en Francia, donde pasa hambre y frío. Tiene, por consiguiente, una gran necesidad de ser consolada. Si no fueran suficientes todas esas razones, quiero entonces dedicar este libro al niño que fue hace tiempo esta persona mayor. Todas las personas mayores antes han sido niños. (Pero pocas de ellas lo recuerdan)."

    De la dedicatoria de 'El principito' de Antoine de Saint-Exupéry



Verdad o acción


   Hace días - semanas, meses o años tal vez - que quiero hablar contigo. Aun no me he atrevido, no se si lo haga pronto o no. Algún día, seguro, siempre hay tiempo para todo. Incluso para estas cosas. Mentiría si te dijera que he comenzado a marcar tu número y que he colgado antes de acabar. 
    Hoy día ya no se marcan los números en el teléfono si están en la agenda y el tuyo está ahí desde siempre. Aun está el otro, el antiguo, el de cuando no teníamos móviles, ni intimidad, ni consciencia, ni vergüenza, ni manías, ni... No sé por qué no lo borro si se que no contestarás ahí nunca, nunca más. Tampoco es seguro que contestes al nuevo, es lo que tiene esto de las nuevas tecnologías mezcladas con las viejas costumbres. Siempre se puede evitar ser esclavo de la electrónica si uno se lo propone. 
   De cualquier modo si no he acabado llamándote es porque  para hablar con alguien -aconseja el sentido común- es mejor tener algo que decir, algo coherente por lo menos. Yo creo que no lo tengo. Si acaso no lo tengo claro. ¿Qué decirte! ¿Por dónde empezar? ¿Cómo ordenar mis atropelladas ideas! ¿Cómo calificar mis sentimientos ! y por encima de todo ¿ Cómo expresar lo que quiero! Antes de todo eso debería saberlo yo, y ya te digo que no lo se. Ni lo sabría aunque lo tuviera delante de las narices. Debería antes mirar dentro de mí - atreverme a hacerlo sería un buen comienzo - y psicoanalizarme en profundidad antes de siquiera tocar el botoncito de encendido de mi teléfono móvil. Temo quizá lo que encuentre, lo que me explique ese yo virtual tumbado en el imaginario diván de eskay negro capitoné. Puedes llamarme cobarde si quieres. Tendrías razón, en eso y en algunas otras cosas. No siempre estamos preparados para conocer la verdad.
    Por otro lado, como bien sueles decir, no sirve de mucho mirar hacia atrás. Tampoco poner puertas al campo, fronteras al viento o  trazar líneas en el mar. Pero nos empeñamos en tareas absurdas a diario ¿ qué más da una más o menos ? No siempre se puede luchar contra los elementos. Especialmente si uno no quiere hacerlo ¿verdad? Pero me estoy saliendo del tema y tampoco es eso. A veces quisiera ser más coherente, pero como ves sigo siendo un desastre. No he crecido en casi ningún aspecto.
    Para no alargar más la carta te diré que sí, que tenemos muchas cosas de qué hablar. A lo mejor no hace ni falta decirnos nada- a cualquiera de los dos se nos da mucho mejor la palabra escrita -  llegado el caso. Pero como todo - o casi todo - en esta vida, también esto sucederá sin avisar.
    Y en cualquier caso también puedes llamar tú. Solías ser más valiente - yo también, es cierto - y de coherencia siempre fuimos de la mano. Al menos en eso.


      Amigo lector, quizá no entiendas ni 'papa' de lo que acabo de explicar. Mala suerte. Ya te advertí que este era mi espacio y que pondría lo que me diera la gana. También es posible que te sientas identificado, indignado, enfadado o simplemente molesto ( no es sexismo del lenguaje, es que odio ese expresarse 'políticamente correcto'  asesinando de paso el idioma cuando nos referimos a 'lectores' y 'lectoras' , ya tú sabes... ); si es así, libre eres de actuar como te plazca  ¡ Más faltaría !
   Para lo que sea ya sabes donde estoy. Siempre aquí , esperándote.

     
  

sábado, 9 de noviembre de 2013

"… Somos una especie. Somos polvo de estrellas cosechando su luz. Nuestras vidas, nuestro pasado y futuro están vinculados al Sol y la Luna y las estrellas…"

   Carl Sagan,  de la serie 'Cosmos' ( capítulo final )



Polvos de talco



   
   Alguien me dijo una vez que le gustaría poder abrir un paréntesis en el tiempo para vivir aventuras sin tener que pagar las consecuencias que estas le acarrearían. No es fácil hacerlo. Tampoco acostumbra a ser sensato. Más tarde o más temprano nuestros fantasmas resucitan, salen de sus armarios, de debajo de la alfombra donde los hemos escondido para que no molesten y se plantan en mitad de nuestra historia sin preocuparles si matan o aporrean. No es su culpa. Ellos sólo hacen lo que les enseñamos a hacer, atreviéndose quizá a dar vida a nuestros más íntimos e inconfesables deseos. No entienden de armarios, de cárceles, de olvidos. No quieren abandonarnos del todo, porque saben - y lo saben bien - que nosotros no queremos perderlos para siempre ¿Acaso saldríamos ganando algo? Los necesitamos para conservar la cordura. Para recordarnos que aun estamos vivos, cosa que a menudo olvidamos.
     Es durante la noche que me visitan los fantasmas, mis particulares espectros del presente, del pasado y quién sabe si también del futuro. Suelen ser visitas fugaces, efímeras , espaciadas en el tiempo sin tener predilección por una determinada época; pero siempre, siempre son visitas amables. Robamos así tiempo y espacio a la cotidiana monotonía. A la gris  sucesión de jornadas sin nada digno de recordar. Instalamos dentro de esos paréntesis las aventuras no vividas, las frases que quedaron en el tintero, las pequeñas infamias que no tienen cabida en el mundo de los formales. No cambio esos momentos por nada.
   A veces, algunas veces, la noche se alarga. La sutil membrana que separa realidad y ficción tiene disimulada una rendija que uno y otros aprovechamos para traspasar la frontera y devolvernos la visita; ahora en tu casa, otro día en la mía. Instalar un paréntesis en nuestro propio jardín, en nuestros dominios, entraña aparte del riesgo y las emociones asociadas al mismo, el añadido de jugar y el miedo de perder. Más riesgo al fin y al cabo . Se multiplican y reviven más los fantasmas a la par que uno mismo, en un festival de contradictorias emociones. Renovando los humores con el fin de purificarlos. Aun así el precio no es barato: duele. Cerrar un paréntesis, aun de forma temporal, es siempre triste pues cada encuentro lleva asociada una separación. Cada nueva amistad una nueva preocupación. Cada posibilidad de romance un nuevo dolor.
     Así es la vida de los mortales. Así es nuestra efímera y fugaz existencia. Siempre queriendo ganar sin arriesgar, sin dar nada a cambio. Imposible. Lo sabemos. Pero aun así lo seguimos intentando una y otra vez. Dejando cada vez más cicatrices dentro y fuera, queriendo creer que eso servirá de algo. Que dejaremos huella. A lo mejor. 
        Huella en el camino.  Camino de reyes. Camino de reinas y princesas. Camino de estrellas. Polvo del camino. Polvo de reyes. Polvo de reinas y princesas. Polvo de estrellas.
   Polvo de talco.
     
    
   Amigo lector, da igual de qué estás hecho, da igual de dónde vienes y a dónde vas. Siempre podrás llamar a mi puerta. Siempre podrás tener tu paréntesis. ¿Querrás?
    Yo estaré aquí esperando. Como siempre.

jueves, 15 de agosto de 2013

I was born under a wanderin' star.
I was born under a wanderin' star.
Wheels are made for rollin', mules are made to pack.
I've never seen a site that didn't look better lookin' back.

I was born under a wanderin' star.
Mud can make you prisoner and the plains can bake you dry.
Snow can burn your eyes but only people make you cry.

Home is made for comin' from, for dreams of goin' to.
Which with any luck will never come true.
I was born under a wanderin' star.
I was born under a wanderin' star.

Do I know where hell is, hell is in hell-o.
Heaven is good-bye forever it's time for me to go.
I was born under a wanderin' star, a wanderin', wanderin' star.
   
        De ' I was born under a wandering star' por  Lee Marvin
                     


   
 [ Yo nací bajo una estrella errante, yo nací bajo una estrella errante.                                                      Las ruedas fueron hechas para rodar,  las mulas para cargar.                                                               Nunca vi a nadie que estuviera mejor mirando hacia atrás
   Yo nací bajo una estrella errante,                                                                                                        El barro te puede hacer prisionero y las llanuras te pueden dejar seco.                                              La nieve puede quemar tus ojos, pero sólo la gente te hará llorar.
  El hogar está hecho para salir de él en busca de sueños
      que sin ninguna suerte nunca se harán realidad
            yo nací bajo una estrella errante,
yo nací bajo una estrella errante
 ¿Conozco yo dónde está el infierno? El infierno está en un ‘hola’                                                       El cielo está en el adiós para siempre Es tiempo de marcharse                                                            yo nací bajo una estrella errante, yo nací bajo una estrella errante    ]                                                                                                                                                                                                                                         Traducción libre .


ELVIS VIVE


        Hace mucho que no te hago un regalo. Hace mucho que no te lo mereces, si es que alguna vez fue así. Ahora dudo. 
   Yo por tu parte recibí muchos regalos. Demasiados, yo creo. Tanta generosidad hacia mi persona me confundió siempre. Nunca creí merecerlos. De cualquier modo tú sabías que eran regalos envenenados aunque negabas este hecho. No estoy del todo seguro que no lo fueran. 

    Te regalaría mil , una , cincuenta años de noches de terrazas. Frescas, cálidas, susurrantes, que miran al cielo. Cumpliría en cierta medida mi promesa y algún deseo.
    Te regalaría palabras cortas, viajeras, con sentimiento y con sentido si las colocas en el orden adecuado ; que no siempre es el orden recibido.
    Te regalaría la caricia, irresponsable y precisa al mismo tiempo; y el tacto firme adecuado a mis fuerzas y a las tuyas. El roce oportuno en el lugar perfecto. En el sitio ideal.
    Te regalaría el presente detenido, amenazado con promesas de futuros. Relojes parados, almanaques podridos, 'para siempres' con poco sentido.

   Nos regalaríamos el nombre y la magia de las lágrimas. Las tuyas, las mías, las del cielo. Las tristes, las amargas, las del deseo. Cincuenta, una, mil veces no cumplido.

   Me regalarías el espacio, la manta, los vecinos curiosos, los ahogados gemidos. El misterio, la sonrisa, el secreto compartido.
  Me regalarías la rueda, sujeta a su eje que completando una, cincuenta, mil vueltas volvería a hacer llorar al cielo, reir al ingenuo y esperar al necio. 
  Y yo seguiría contento : 'Dame la vuelta que de este lado ya estoy hecho'.

  Intercambios de regalos que en noches de calor se repiten en el tiempo.

  Sea como sea, el regalo que hoy te hago - aunque siga dudando si lo mereces - es dirigirte estas palabras y de paso no olvidarte. No estoy del todo seguro de poder hacerlo. Aunque duela.

Apreciado lector: 
       Elvis vive! 
      Porque nada ni nadie puede morir mientras consiga mover una brizna de         emoción en nuestros corazones. No olvides eso jamás.

   Yo, sigo aquí aunque venga de tarde en tarde. Y te estaré esperando .                         Quizá también por el motivo que antes te dije.

       
       15 de agosto de 2013


    
   

      
    
   
   

                
      

miércoles, 27 de marzo de 2013



   'La parte contratante de la primera parte será considerada como la parte contratante de la primera parte.'
           
       de 'Una noche en la ópera' - Groucho Marx.


              De la pantonimia y la reluctancia


     Si tenemos en cuenta las actuales circunstancias, que favorecen un clima tan ensordecedor como poco ameno, podríamos pensar que se trata de una broma o de un cuadro inacabado. Pero eso es sólo la impresión que daría a los ojos poco entrenados. La capacidad de adaptación que caracteriza a quienes poco o nada confían su rumbo a vientos domiciliados provoca que debamos plantearnos alternativas.
    La propia idiosincrasia de nuestros órganos sensoriales favorece que en época de carencias subliminales  debamos recurrir a estrafalarias y macarrónicas soluciones. Por más que éstas nos parezcan fuera de todo lugar y lejos de nuestro alcance, no dejan de ser una alternativa válida a la costumbre. Acaso estemos desechando elementos o malbaratando recursos mientras nos empecinamos en novelar - a veces de forma sistemática y escatológica - lo que nunca atrajo nuestra atención como individuos.
   Los indicadores apuntan - y esto no lo digo yo, lo dicen los expertos - a que todo debería ser de cualquier otra forma o, de no poder cambiarse, dejarlo como está pero de lado. ¡Sí , claro! -pensarán algunos de ustedes- ¡eso ya llevo yo diciéndolo hace tiempo! Pero la duda que se nos plantea es: ¿ Han pensado las consecuencias de esto que afirman? Seguramente no, debido probablemente al amodorramiento postmatutino o al transformismo neuronal imperante en nuestros días. Por poner un ejemplo: si nos atreviésemos a mezclar churras con merinas   - cosa que algunos ven del todo imposible - quizá nos asombrase el resultado. Bien podría ser que obtuviésemos frisonas, retintas o torbiscales. Aunque lo más probable es que acabásemos perdidos en una maraña heterogénea de pelo, astas y pezuñas sin saber dónde y para qué está cada cosa. De cualquier manera nada de eso tendría que ser obstáculo para continuar en nuestro empeño.
  Debemos pues en consecuencia interactuar con las variables, a fin de conseguir una mayor eficiencia y claridad en nuestros objetivos. No escatimemos esfuerzos ni caigamos en el desánimo cuando nos digan - siempre se encuentra a alguien que cree saber más que uno - que deberíamos tomar más cereales y vestir de traje los domingos. ¡Como si el asunto de las mitocondrias fuese tema baladí! No nos dejemos engañar por tan burda estrategia.
   Aplicando correctamente estos principios deberíamos llegar más temprano que tarde - o quizá ya pasadas las diez - a la conclusión de que : ' Si estamos donde estamos es porque hemos venido y/o no nos hemos marchado '. Sesudos y costosos estudios lo avalan a la par que lo certifican. De no hacerlo así no nos quedará otra alternativa que apagar el cigarrillo, vestirnos y abandonar la habitación sin hacer ruido.
       Todo esto va para examen. Buenos días.




     Amigo lector cuídate y no olvides repasar tus apuntes. Para cualquier duda estaré donde siempre. Aquí.
   

       
   

   

martes, 26 de marzo de 2013

  '¡Oh, la saeta, el cantar 
al Cristo de los gitanos, 
siempre con sangre en las manos, 
siempre por desenclavar! 
¡Cantar del pueblo andaluz, 
que todas las primaveras 
anda pidiendo escaleras 
para subir a la cruz! 
¡Cantar de la tierra mía, 
que echa flores 
al Jesús de la agonía, 
y es la fe de mis mayores! 
¡Oh, no eres tú mi cantar! 
¡No puedo cantar, ni quiero 
a ese Jesús del madero, 
sino al que anduvo en el mar!'


 Antonio Machado


                 De lluvias, de sol y de pasión



    Como se que no te gusta la lluvia te la regalo. No para tí, no es eso. La lluvia - al igual que el viento - no es de nadie. Te la regalo estos días en que esperas un cielo radiante, o al menos tranquilo. A mí tampoco me gusta que llueva, sobre todo los días que ya he hecho planes. Planes tan importantes para mí como pueden serlo los tuyos para tí. Recuerdas los días en que esos planes eran los mismos, los tuyos y los míos ? Seguro que sí. Siempre supimos que los dos éramos unos rencorosos. Buena gente sí, pero rencorosos.
    Tu dios y mis dioses no son los mismos pero se soportan y conviven en paz. Siempre lo hicieron y siempre lo harán. Aunque vengativos, siempre fueron tolerantes y  más dados a la fiesta que a la guerra  -justo al revés que nosotros- .Pero eso no quita que sean aficionados a las bromas, especialmente si son pesadas. Debe ser aburrido eso de ser divino y poderoso. No se si tengan muchas cosas para divertirse dondequiera que habiten. Por eso, a veces, y cuando se les trata de forma adecuada, nos escuchan y les complacen nuestras sugerencias; las hacen suyas y se entretienen fastidiando a esos molestos y egoistas seres que poblamos este correoso mundo. Seguro que hasta les parecemos graciosos, con nuestros aires de importancia, de saberlo todo, de merecerlo todo. En realidad no se qué deben pensar de nosotros. Tampoco me importa un rábano. Hago mis ofrendas y rezo mis plegarias según mi creencia y con eso todo debería estar en orden.
    A lo mejor por considerarme infiel, tu dios no me dejó ver sus ceremonias desde más cerca. Fue su castigo particular hacia mí por no tomármelo del todo en serio. Quizá sean los míos los que quisieron evitarme más de un sinsabor que me hubiese amargado un poco más la mísera existencia.Ya puestos a pensar mal también podría ser que la lluvia que hoy te hace torcer el gesto te la envíe el tuyo como recuerdo - o castigo, quien sabe - de tu actuación de aquellos días. Comoquiera que sea eso demuestra que no son tan diferentes en el fondo ya que sí en las formas. Igual que nosotros. Que tú y que yo. 
  Los verdaderos dioses.


  Con lluvia o sin ella sigo aquí. Cuando vengas también estaré. Mientras tanto cuídate.




sábado, 23 de marzo de 2013

 'Yo la sentaba en mi regazo,
enloquecía sólo a su contacto.
La he conservado en la memoria.
Tal como estaba.
Siempre a mi lado.
Nunca me juró su amor
lo creía eterno yo.
Y ella me sonreía y
miraba hacia el mar.'


 De 'La mataré' - Loquillo y Trogloditas





   Teatro de primavera y cines de verano


    Me miras como quien contempla el paisaje desde la ventana, como a aquel jarrón que nunca te acabó de gustar. Yo, como tantos, sólo soy parte del decorado. A veces molesto y aparatoso, pero necesario para el cumplimiento del guión. Pieza más o menos sustituible para mayor lucimiento de la estrella central de tu película.

     Hace tanto que tienes careta que ya no recuerdas la última vez que dijiste verdad. Vivir muchas vidas resulta cansado, pero es buena norma para no envejecer. Tener memoria es recomendable si no quieres echarlo todo a perder. '¿Qué tal se encuentra tu madre? ¿ Por qué me preguntas ? ¿Por qué ?'
    Tener ayudante te sirve; te evita más de un papelón. 'No está en este momento, le salió un tema imprevisto y se ha tenido que ir al teatro. Que sí, que la vi con mis ojos. La llevaba del talle un señor'.  Siempre hay quien se ofrece gustoso para comerse por tí el marrón. Quizá tu dinero te cueste, no me atrevo a decir yo que no. Al fin y al cabo, con favor se paga  favor. Tanto da si eres dura de cara o lo haces sin demasiada intención. Si te falta tela en la falda o eres de fácil calzón.
   Gastar suela en seguirte no resulta ser buen negocio. Desafiar a la banca en su casa no acostumbra a llenar el colchón. Jugué contra cartas marcadas y  me acusaste de mal perdedor.  'Lo tomas o lo dejas Ulises. Si no te gusta, puerta y adiós!' Ojalá resultara tan fácil, mandar al carajo y quedar tan señor. Siempre hay sirenas con babas que hacen ver que piden perdón. Escucharlas o no es mi gusto; aunque a veces no tengo ni opción. Después nada va a ser distinto. No digo que no me advirtió.
    Al final, como todo, si pasa, porque pasó. Hay cosas que hacen daño al comienzo, pero luego más tarde, luego ya no.
   


     Y si ese día llega, espero que me pille lejos y con mucho que hacer. Pues de todos es sabido que en una misma piedra se rompen los cuernos cuando éstos no dejan de crecer. Y no resulta de muy listos levantarse para volver a volver a caer.



      

   Me concedo permiso para dar un consejo que nadie me ha pedido. Pero al fin y al cabo este es mi espacio y, como iré advirtiendo de vez en cuando para que no se olvide, escribiré lo que me venga en gana.


Amigo lector, guárdate de jugar a juegos cuyas reglas cambien a mitad de partida. Eso sí, asegúrate de leer bien las instrucciones antes de comenzar. Te evitará disgustos y pagos de bebidas.


       Espero volver a verte a tí por aquí. A los demás, quizá no.





      


martes, 19 de marzo de 2013

  'Vivo en un camión sin ruedas
al lado de la carretera
a mil kilómetros de tí
Y allí donde se esconde el sol
donde se pierde mi voz
estoy seguro que te encontraré '


De 'Cielo del Sur'  - La Frontera

                             DEL ESPACIO, BREVE  E INFINITO                                                     


  Juntos coleccionaban latas de galletas. Primero llenas. Más tarde, consumidas ya, vacías. Las encontraban útiles a la par que decorativas.Tenían prohibido regalarse cactus pero a los dos les gustaban. Les atraía esa lentitud eterna de lo que siempre permanece sin necesidad de estar muerto. Las espinas les aterraban y a la vez les fascinaban, será por esa capacidad de una humilde e inmóvil criatura para defenderse y causar - a veces de forma injusta- dolor. También les gustaban las rosas.
   Ella reunía monedas de poco valor. Muchas. Iguales. Diminutas. Las apilaba en cualquier rincón. Las conocía y las mantenía en ordenado desorden. A veces, si juntaba muchas, las devolvía a la vida comprando alguna cosa para colocar en el hueco que ocuparon. Él atesoraba recuerdos. Miradas. Caricias. Olores. En alguna ocasión, tras mucho batallar, una imagen en forma de fotografía. Eternidad envasada en papel; souvenir para turistas. Siempre ocuparon un lugar destacado en su galería.
     Competían practicando las artes. Ninguno aventajaba demasiado al otro, no por falta de aptitudes; era pura camaradería, mero divertimento. ¿Qué valor tiene el arte sin alegría? Cambiaban el nombre a mil juegos ya inventados. Cualquier acto debía ser una fiesta; si no, era basura. Las discusiones un ritual, un preludio, otro juego más. Mezclando de forma contínua frío con calor; cielo e infierno.
    Ella tomaba café. No podía quitarle el sueño pues de normal no dormía. Él bebía cerveza o brandy. Su mente necesitaba adormecerse para no sufrir un empacho de realidad. Él le preparaba el café y se lo servía. Ella le vaciaba sus botellas a escondidas. Los dos pensaban que hacían un bien al otro.
    Ella le mostraba donde estaban las estrellas. Le enseñó sus nombres. Él nunca los aprendió, quería que ella estuviese siempre allí para recordárselos.  Las vieron caer en lluvia de agosto.
    Uno miraba al Norte en busca de libertad ansiada. Otro al Sur para encontrar la vida añorada. Sus miradas se cruzaron un instante. El mismo andén; dos trenes con direcciones opuestas.
    Él juega ajedrez. Ella juega a las damas. Los dos juegan al póquer.
    Él escribe cuentos. Ella tarjetas de cumpleaños. Los dos hacen crucigramas.
    Él pinta óleos. Ella hace pasteles. Los dos dibujan rosas y las adornan con acuarelas.


           Él sueña. Ella busca. Los dos esperan.


     Yo también. Te espero aquí. Recuérdalo.    


lunes, 18 de marzo de 2013

  ' Las flores de la primavera salen,
como el apasionado dolor del amor no dicho;
y con su aliento, vuelve el recuerdo de mis canciones antiguas.''
Rabindranath Tagore.
 

Un cuento de flor y primavera

       Los encuentros fueron al principio casuales, sin un motivo claro ni una periodicidad concreta. Decir que uno u otro los provocaron hubiese sido faltar a la verdad. También lo es llamar encuentro a un coincidir en una escalera, a doblar una esquina o a saludarse en la fila del bus. Pero ya se sabe, las ganas buscan siempre su camino y se alimentan de migajas de realidad como promesa de algo que quizá no llegará.
     Según fue avanzando la estación se presentaron más oportunidades. Un comentario en el momento oportuno, una sonrisa que acaba en carcajada y algún entrechocar de dioptrías fueron aplanando un camino que de tan difícil ni existía en un principio. El azar también puso mucho de su parte, no le neguemos su mérito. Un traslado repentino les hizo acabar formando parte del mismo departamento: ventas.
     Las cosas pintaban bien. Al menos eso opinaba el sector más liberal de nuestros protagonistas. Para el resto ni pintaban ni dejaban de pintar. El cuadro sencillamente no existía. La diferencia de edad, un abismo. La indisolubilidad de la pareja - ni siquiera durante unas horas, eh! -, una firme y arraigada convicción. La inoportuna justicia de la  ley de la gravedad aplicada a las ubres - que a diferencia de otras leyes,  más castiga a quien más tiene -, un motivo más para el desánimo. Y así podría seguir enumerando excusas y razones con diversos grados de acierto.
    No contaba con el optimismo del ingenioso y - para qué negarlo - enamoriscado pretendiente. Para cada traba tenía él una solución. La edad nunca es un problema una vez aparecidas las primeras canas. La gravedad, como la mayoría de leyes, también admite trampas ya sean físicas o químicas o una combinación de las dos. Además,  mejor tener que desear. El asunto de las creencias era ya más delicado, pero ya se le ocurriría algo. La suerte tiene a veces caprichos extraños y quiso venir en su ayuda.
    En realidad suerte siempre hay, lo que pasa es que a veces no se trata de buena suerte. Todo depende de en qué parte se sitúe el observador. Pero no es este el tema a discutir ahora. Pues como decía, sucedió que la suerte -buena para unos y mala para otros- determinó que la otra parte de la indisoluble pareja fuese víctima de un infarto mientras se saltaba a la torera el tan desfasado voto de fidelidad. Puso fin la muerte a algo que las leyes de los hombres no podían remediar.
    El resto, vino casi solo. Una tarde de viernes, después de una interminable reunión de trabajo, las tensiones acumuladas durante meses o quizá años  provocaron el llanto desbocado. Y allí estaba él, que tan pacientemente había aguardado ese momento, preparado para consolarla. Una mano tendida, un amistoso y cálido abrazo y un hombro para recibir todas las lágrimas que le quisieran regalar. De ahí, una inocente invitación a la charla en lugar más apartado y discreto. Más tarde, las miradas blandas, el roce de suaves manos y los labios se acercaron hasta más allá de la amistad. 
   Pero no. No hubo más caricia, no hubo beso. Acabó el encuentro con un sencillo 'hasta mañana'. Regresó cada cual a su casa sin más explicación. 

    Ahora, aunque ajenamente me avergüence contarlo no me queda otra, pues para eso estoy aquí y hasta aquí os he hecho llegar. Lo que sucedió es sencillo de imaginar si tenemos en cuenta que la halitosis nunca fue buena amiga de la pasión.


     Como me gustaría que fuera costumbre,  tampoco este cuento tiene moraleja.




  Hasta pronto. Cuida tu salud, y a poder ser tu higiene personal también.

 Estaré por aquí.


   

martes, 12 de marzo de 2013




'Apenas él le amalaba el noema, a ella se le agolpaba el clémiso y caían en hidromurias, en salvajes ambonios, en sustalos exasperantes.'

   Julio Cortázar -  Rayuela


De noche mágica, Supersónica.



     Las veces que he vuelto a verte ha sido casi siempre de noche. Al menos para mí. No quiero arriesgarme a que me descubras. Temo demasiado un final de los acostumbrados. No me queda otra que deslizarme entre tus muros - cualquier resquicio es válido - para observarte en tu devenir cotidiano. Un bostezo, ese arreglarse descuidadamente el pelo, tomar un libro de la estantería, sentarte en el sofá o preparar el omnipresente café. La más insignificante rutina representa un tesoro para añadir a mis escasos y difuminados recuerdos.

    Aliñan mis furtivas y esporádicas visitas el virtual -y no por ello menos real e intenso- temor a que me descubras. ¡ Qué seria de la vida sin el sabor del miedo en la garganta ! ¡ Del riesgo gratuito por amor a lo que no es ! Eso hace de mis in(ex)cursiones algo merecido de vivirse. Dando energía para aguantar del tirón unos cuantos días con la semi-sonrisa dibujada mirando a la galería. Quizá sepas de qué te hablo. 

   A veces fantaseo con la posibilidad de un reencuentro, casi siempre de manera fortuita. Cae dentro de lo posible. Conociéndonos a lo mejor era incluso pactado o provocado a la brava. Como sea sirve para el ejercicio con el que me distraigo cuando aprieta la falta. 
  Una sorpresa de venas abiertas, oxígeno agrio, contracciones y risa bañada en llanto. Vendría luego un estar en la luz a dos palmos, mirándolo todo como si fuera nuevo a pesar de que nunca hubo mañana. Inventados ya todos los presentes aparecería más temprano que tarde la mueca, precursora o consiguiente del recuerdo de adónde te dirigías.  Los vivos no nos acomodamos a los armarios. Pero cualquier excusa debería bastar si el objetivo es claro. El temido desenlace conduce sin margen de error a bizantinas y hertzianas discusiones que desembocan en el océano del silencio prolongado. Hasta que la rueda, cada vez más grande, complete otra vuelta.

   
    Y es por todo eso, porque nos conozco, por lo que todo queda en mera conjetura. Mis visitas - no sabría decirte si cada vez más espaciadas - tienen lugar en la impunidad que otorga la invisibilidad y la noche. Se conforma y se protege de esta guisa mi maltrecha maquinaria en espera del inevitable destino. Tiene - al menos así yo lo veo - una ventaja : ni tú ni yo envejecemos. 
     Nos conservamos bellos.


       En tu caso es una obligación.

     

lunes, 4 de marzo de 2013

 ' CARGAN CON NUESTROS DIOSES Y NUESTRO IDIOMA 
NUESTROS RENCORES Y NUESTRO PORVENIR 
POR ESO NOS PARECE QUE SON DE GOMA 
Y QUE LES BASTAN NUESTROS CUENTOS PARA DORMIR '


 De 'Esos locos bajitos ' de Joan Manel Serrat
   




 Cuento rápido a media moral


     Dos hermanas, aburridas, deciden una tarde tirarse al tren. 

    De resultas de aquel arrebato una quedó embarazada dando a luz, al cabo de unos meses, a cinco lindos trenecitos. Del padre poco o nada más se supo. Vida movida y ajetreada la de los trenes.  Tuvo que sacarlos adelante ella sola. Una existencia llena de sacrificios, desvelos y fatigas donde todo era poco para sus hijos. Consiguió su objetivo aun a costa de ovidarse de vivir su propia vida. 
  Los trenecitos crecieron y andan siempre viajando de un lado a otro ocupados en tareas importantes propias de su condición. Muy de tarde en tarde, siempre con prisas y casi por obligación, visitan a su madre. 

    La otra hermana, de natural envidiosa, al ver que ella no obtuvo nada de aquel encuentro ferroviario se dio a lo que se conoce como mala vida. Se dedicó desde entonces a tirarse a todo lo que pilló por delante. Se mezcló con personas, animales y cosas de todo tipo. Acumuló, sin apenas darse cuenta, conocimientos y experiencia. En uno de esos giros que da la vida se encontró también dueña de una gran fortuna. 
   Aquellos trenecitos  hijos de su hermana - a la que retiró la palabra el mismo día en que ellos nacieron- hoy la llaman 'Tiíta querida', la ven tanto como pueden y la llevan a todas partes. Por supuesto sin cobrarle el pasaje.

   Moraleja:  No, no hay.
   


  Cuídate, amigo lector. Especialmente si has de tomar un tren.
  No olvides que te estaré esperando.




    
    

jueves, 28 de febrero de 2013

"El vino es el amigo del sabio y el enemigo del borracho. Es amargo y útil como el consejo del filósofo, está permitido a la gente y prohibido a los imbéciles. Empuja al estúpido hacia las tinieblas y guía al sabio hacia la luz"
Avicena



    Para ir abriendo la boca


 Intento imaginarme qué vino bebes. Cual te gusta. 

Quizá un blanco fresco, floral y dorado; transparente como un cielo de verano.
A lo mejor es un tinto amable, afrutado, suave y alegre como,como... bueno como las cosas alegres.
O tal vez el que de verdad te gusta sea un vino oscuro, casi negro, opaco y denso, de esos que se hacen recordar para bien o para mal.

Hay tantos vinos como personas.O tantas personas como vinos, ya no se.
Cada uno tiene su gusto y sus gustos. Cada quien es muy suyo también y les gusta cualquier vino, o ninguno. Otros ,según las veces beben de uno y luego de otro cuando no de los dos o de más. 
Tanto da si hay buen entendimiento. 

  La gracia que tiene eso de beber, vino en este caso - de beber otras cosas hablaremos en otra ocasión- es que uno se va entonando. El cuerpo se calienta. La mirada se hace más amable. La lengua más suelta. El carácter más amigable. La risa salta floja y la amistad se convierte en tarea fácil.
Para alargar la breve alegría que a veces visita la casa del pobre no comentaré apenas - o mejor nada- la otra cara de la moneda. La del mal vino. Quien más quien menos sabe que no todo van a ser flores y música de violines y lo que pasa cuando algo sale mal. Quede cada pena para cada cual.


    Al final, de saber qué vino te gusta , a lo mejor tenía una o dos botellas de esas en mi casa.  Tener tengo casi siempre aunque no sea del que me guste a mí o a tí.  Si te acierto el gusto será por casualidad. Pero si no eres muy exigente y te dejas caer por aquí seguro que acabamos bebiendo , con las risas que eso traerá, y recordando o inventando o mezclando todo en uno. 
Porque el vino, y más vino, y no se si quiero más vino, pero ponme un poco más de vino. Y tanto vino que ya no se si vino o me inventé que vino y lo que hizo y dijo y pasó cuando vino. Pero vino.
   Porque él vino. 


  Otro día, más. Recuérdalo aunque no bebas vino.